Logística y distribución comercial

2.6.3.- Modelos de inventario deterministas con patrón de demanda potencial

En la gestión de los inventarios es posible reconocer diferentes formas mediante las cuales la demanda puede ser extraída del inventario. En general, los modelos de inventario analizados consideran con frecuencia que la demanda se extrae del inventario a una tasa constante de artículos por unidad de tiempo. Sin embargo, hay otras maneras por las cuales las cantidades pueden ser retiradas a lo largo de todo el período de programación.

En ese sentido, Naddor (1966) realizó una interesante aportación, identificando varios componentes de los sistemas de inventario y justificando que las propiedades de la demanda son las más relevantes de los sistemas. También, introdujo el patrón de demanda potencial como una función útil para modelar la demanda de los consumidores, asumiendo que la misma depende del período del ciclo de pedido y varía con el tiempo. De esa manera, este patrón recoge no solo la posibilidad de que la tasa de demanda sea constante durante el ciclo de inventario, sino también permite reflejar situaciones en las cuales las unidades de artículos solicitados por los clientes pueden ser retiradas, principalmente, al comienzo del período, o situaciones donde una mayor parte de la demanda se produce al final del período de gestión. Por lo tanto, dicho patrón de demanda reconoce y modela diferentes formas o maneras de extraer las cantidades del inventario.

A la hora de hacer referencia a la aplicabilidad práctica de la introducción del patrón potencial en los análisis de los modelos de gestión de inventarios, podríamos plantear la siguiente cuestión: ¿es posible identificar en la vida real demandas de productos que reflejan estos supuestos, es decir, podemos identificar artículos cuyo comportamiento se aproxime al reflejado en este tipo de demanda?.

Efectivamente, hay situaciones donde la demanda es mayor al comienzo del período de gestión, como puede ser el caso de los productos cocinados o preparados, tales como panes, pasteles, helados, dulces, comidas preparadas, etc., ya que los consumidores quieren adquirir productos alimenticios que estén recién hechos. Este tipo de demanda también se puede dar con respecto a productos perecederos como el pescado, la carne fresca, las frutas, las verduras, los yogures, etc., porque las ventas se reducen cuando se acerca su fecha de caducidad.

Además, la demanda de nuevos productos con un alto componente tecnológico es mayor al principio que al final del período. Por ejemplo, los bienes tales como computadoras, ordenadores portátiles, teléfonos móviles, consolas y videojuegos, etc. son más demandados cuando aparecen en el mercado por primera vez, debido a la innovación que representan y a las nuevas aplicaciones, utilidades y servicios que ofrecen.

Sin embargo, al contrario, hay productos donde la demanda es mayor al final del ciclo de inventario. Esta situación se da para artículos como la gasolina o el gasoil, cuya demanda se incrementa cuando el producto escasea. También, hay bienes indispensables para el hogar que pueden entrar dentro de esta categoría, tales como el aceite, la harina, el café, el azúcar, el agua, la leche, etc. Así, los aumentos en su demanda se producen cuando la cantidad en inventario exhibida en los puntos de venta comienza a disminuir debido a su uso diario. Otros ejemplos incluyen la demanda de entradas en los teatros, cines, espectáculos musicales, eventos deportivos, etc., la cual suele ser más alta al final del período, esto es, cuando el evento está a punto de tener lugar.

Por último, hay otros productos para los cuales la demanda se mantiene más o menos estable a una tasa uniforme a lo largo del período de programación. Los artículos que pueden reflejar ese comportamiento pueden ser, por ejemplo, los aparatos eléctricos, los materiales de construcción y suministros, los artículos vendidos en ferreterías, los productos de decoración, muebles, artículos para el hogar, productos de limpieza, utensilios de cocina y electrodomésticos, bisutería, complementos, etc. En general, la demanda de estos bienes suele ser constante y no depende de una parte específica del período de programación del inventario.

En la literatura sobre modelos de inventario, existen varios trabajos en los cuales la demanda varía con el tiempo y sigue un patrón potencial. Así, Goel y Aggarwal (1981) formularon un sistema de inventario con patrón de demanda potencial para artículos que tienen un determinado porcentaje de deterioro. Más adelante, Datta y Pal (1988) presentaron un modelo de inventario con patrón de demanda potencial, pero considerando tasa variable de deterioro.

También, Lee y Wu (2002) estudiaron un modelo de inventario para artículos con patrón de demanda potencial, posibilidad de deterioro y permitiendo la existencia de roturas. Seguidamente, Dye (2004) amplió el modelo de Lee y Wu, contemplando un porcentaje de roturas que se satisfacen con retraso, el cual es proporcional al tiempo. Recientemente, Rajeswari y Vanjikkodi (2011) estudiaron un modelo de inventario con patrón de demanda potencial, asumiendo deterioro y permitiendo que la rotura no satisfecha se cubra, parcialmente, en función del tiempo de espera.

En la siguiente sección, comentaremos los principales trabajos de gestión de stocks relacionados con la posibilidad de permitir un cierto porcentaje de deterioro de los artículos almacenados. Los mismos nos han servido de base para abordar el estudio de algunos de los modelos de gestión de inventarios que expondremos a lo largo de la presente memoria.

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