EE.UU. Investiga el Consumo Energético de la Criptominería en Medio de Preocupaciones por la Demanda Eléctrica

En un esfuerzo por comprender el impacto de la minería de criptomonedas en el consumo energético nacional, el Departamento de Energía de Estados Unidos (DOE) ha iniciado una campaña de recolección de información. La Administración de Información Energética (EIA), una agencia del DOE, conducirá una encuesta provisional para medir el uso de electricidad por parte de las empresas mineras de criptomonedas locales. La iniciativa busca crear una «instantánea de referencia» del consumo energético de la industria minera de criptomonedas en el país.

La decisión de emprender esta encuesta surge en un contexto donde el precio resurgente de Bitcoin ha incentivado un incremento en la actividad minera, lo que a su vez aumenta el consumo de electricidad. Este aumento se produce mientras Estados Unidos experimenta olas de frío significativas que han resultado en una alta demanda de electricidad, exacerbando las preocupaciones sobre la capacidad y la estabilidad de la red eléctrica nacional.

El DOE busca con esta encuesta identificar la tasa de cambio en la actividad minera, las fuentes de electricidad para los mineros de criptomonedas en EE.UU., y las regiones con concentración de actividad minera. Este esfuerzo es parte de una orden de emergencia aprobada por la Oficina de Gestión y Presupuesto del DOE, que permite la recolección de datos hasta finales de julio de 2024, e incluirá tanto el consumo de energía de la red como la energía autoproducida por las empresas mineras.

La iniciativa ha generado reacciones mixtas dentro de la comunidad minera y de Bitcoin en EE.UU., con algunos expresando preocupaciones sobre lo que ven como una vigilancia gubernamental excesiva. Sin embargo, la EIA argumenta que comprender el impacto de la minería de criptomonedas en la red eléctrica es crucial para asegurar la estabilidad y eficiencia del sistema energético del país.

Este estudio se suma a los esfuerzos globales para evaluar y mitigar el impacto ambiental de la minería de criptomonedas, especialmente aquellas que utilizan el mecanismo de consenso proof-of-work (PoW), conocido por su intensivo consumo de energía. Con el crecimiento de la industria cripto y su integración en la economía digital, la regulación y supervisión de su consumo energético se vuelve cada vez más relevante.