Estados Unidos intensificó sus operaciones militares en Yemen, atacando múltiples objetivos vinculados a Irán como represalia por un ataque mortal contra tropas estadounidenses en Jordania. Según funcionarios estadounidenses, estos ataques forman parte de una serie de operaciones que también incluyeron objetivos en Siria e Irak, todos asociados al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC) y sus milicias afiliadas, resultando en aproximadamente 40 bajas.
La serie de ataques fue condenada por Irán e Irak y respondió a un bombardeo con drones que causó la muerte de tres soldados estadounidenses y heridas a más de 40. Además, los ataques se dirigieron a los hutíes en Yemen, quienes han realizado asaltos contra la navegación en el mar Rojo, justificando sus acciones como solidaridad hacia los palestinos. Estados Unidos y sus aliados han criticado estos ataques por ser indiscriminados y representar una amenaza para el comercio mundial.
A pesar de más de 10 bombardeos estadounidenses contra los hutíes en las últimas semanas, los ataques del grupo no se han detenido. Estados Unidos continúa su esfuerzo militar en la región, buscando mitigar las amenazas a sus fuerzas y al comercio internacional.
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